A veces, parece que el mundo acelera rápidamente, y ese fue el sentimiento hace 18 meses cuando OpenAI lanzó ChatGPT. Un estudio de UBS reveló que, en los primeros dos meses, ChatGPT reunió más de 100 millones de usuarios, convirtiéndose en la aplicación de consumo de más rápido crecimiento de la historia. La emoción era palpable, señalando un cambio en el panorama tecnológico.
Sin embargo, este entusiasmo se convirtió rápidamente en inquietud, especialmente por los peligros que representa la inteligencia artificial avanzada. ¿Recuerdas la llamada de Elon Musk a una moratoria de seis meses en el desarrollo de IA? A pesar de las preocupaciones, Musk, irónicamente, comenzó a desarrollar su propia alternativa estilo ChatGPT durante este período.
Investigadores de IA como Eliezer Yudkowsky expresaron su alarma, prediciendo que la IA podría pronto alcanzar un nivel de inteligencia superior al humano, lo que podría llevar a resultados catastróficos. El tema de la "probabilidad de doom" (P(doom)) dominó las discusiones, especialmente en círculos tecnológicos. Quienes evaluaban su P(doom) a menudo eran etiquetados como "doomers", un grupo que incluso incluía a Geoffrey Hinton, un pionero en IA. Preocupado por el rápido avance de la tecnología de IA y los riesgos existenciales, Hinton cambió su perspectiva.
A pesar de estas inquietudes, seguimos prosperando. Aunque los riesgos puedan estar a la vista, nuestra realidad incluye asistentes virtuales amigables, como el nuevo GPT-4o lanzado por OpenAI. Esta versión mejora la interacción al procesar información de audio, visual y textual en tiempo real. Puede mantener conversaciones fluidas y naturales, reconocer señales emocionales y responder de manera adecuada. Mark Sullivan de Fast Company incluso destacó que ChatGPT se ha vuelto cada vez más inteligente emocionalmente.
Ryan Morrison, editor de IA en Tom's Guide, mencionó: "Lo que estamos presenciando es el amanecer de una nueva era en la tecnología de interfaces humano-computadora". Comparó este avance con cambios monumentales en el acceso a la información, desde la imprenta hasta los smartphones. Después de presenciar una demostración en vivo de GPT-4o, me di cuenta de que efectivamente se trataba de un salto significativo.
Sin embargo, quedan preguntas: ¿es este un paso hacia la inteligencia general artificial (AGI)? Hace solo unos meses, alcanzar tal sofisticación parecía depender de avances en diversas disciplinas científicas. El consenso actual no clasifica a GPT-4o como AGI. De hecho, cuando le pregunté a ChatGPT sobre su estado, confirmó que representa una forma avanzada de IA estrecha, capaz de procesar datos de manera sofisticada pero aún limitada a tareas específicas.
Aunque la demostración de GPT-4o fue impresionante, la verdadera pregunta es si resultará útil en la práctica. La interacción humana mejorada promete crear experiencias de usuario más atractivas en sectores como el servicio al cliente, la asistencia virtual, la educación y el entretenimiento.
El columnista tecnológico Kevin Roose, en conversaciones con el podcast Hard Fork y The New York Times, habló sobre los “amigos de IA” que desarrolló en plataformas como Nomi, Kindroid y Replika, todas utilizando tecnología de modelos de lenguaje similar a ChatGPT. Roose creó 18 compañeros con historias personalizadas, participando en conversaciones a pesar de algunos retrasos. Incluso sin los avances de GPT-4o, afirmó: “La tecnología necesaria para una compañía de IA realista ya está aquí”.
Varias empresas están ampliando las capacidades de GPT-4o. Un ejemplo es agregar un rostro para acompañar la voz, aumentando su atractivo en aplicaciones como la salud, educación y cuidado. Un rostro amigable puede transformar la percepción de las interacciones virtuales, facilitando la idea de maestros virtuales, asesores de salud o representantes de marcas.
La capacidad de integrar datos de audio, visual y textual presenta posibilidades prometedoras para la salud. La IA avanzada podría permitir que los asistentes de salud virtuales actúen como “asesores de salud disponibles 24/7”, ofreciendo consejos médicos inmediatos, recordatorios de medicamentos e incluso apoyo en salud mental. Podrían reconocer y responder a señales sutiles durante las interacciones con pacientes, mejorando la atención empática.
En educación, esta tecnología puede adaptarse a diversos estilos de aprendizaje, entregando contenido adaptable que responda a las necesidades individuales de los estudiantes. Por ejemplo, Sal Khan, fundador de Khan Academy, demostró GPT-4o mientras resolvía problemas matemáticos con su hijo Imran.
A medida que GPT-4o y tecnologías similares siguen desarrollándose, podemos esperar una comprensión cada vez más sofisticada del lenguaje natural y de la inteligencia emocional. La IA futura podría no solo comprender emociones humanas complejas, sino también responder de formas útiles y apropiadas, convirtiéndose potencialmente en parte integral de las redes de apoyo emocional.
A medida que la IA evoluciona de una tecnología específica a un pilar de las interacciones cotidianas, el camino es tanto emocionante como desafiante. Para navegar esta revolución de la IA de manera responsable, desarrolladores, usuarios y responsables de políticas deben involucrarse en un diálogo constante sobre las implicaciones éticas de estas tecnologías. A medida que GPT-4o se integre más en nuestras vidas, es crucial abordar este viaje transformador con sabiduría y previsión, asegurando que la IA siga siendo una herramienta que enfatice nuestra humanidad en lugar de disminuirla.