Diseñada por la firma australiana Savage Interactive, la aplicación de ilustración digital Procreate se lanzó en 2011, aprovechando el auge de la computación en tabletas, especialmente el Apple iPad. Sin embargo, el CEO James Cuda se opone firmemente a la última tendencia tecnológica: la IA generativa.
En un video publicado en la cuenta oficial de Procreate en X (anteriormente Twitter), Cuda expresó su descontento: “Realmente odio la IA generativa. No me gusta lo que está sucediendo en la industria ni lo que le está haciendo a los artistas. No vamos a introducir ninguna IA generativa en nuestros productos.”
Cuda elaboró su opinión, afirmando: “Nuestros productos siempre están diseñados y desarrollados con la creencia de que un humano creará algo. Creemos que estamos en el camino correcto al apoyar la creatividad humana.”
Procreate también lanzó una nueva página web en Procreate.com/ai, donde enfatizan su compromiso de evitar la IA generativa. El sitio afirma: “La IA generativa está despojando a las cosas de su humanidad. Basada en un fundamento de robo, la tecnología nos está llevando hacia un futuro árido. Aunque reconocemos los méritos del aprendizaje automático, creemos que la trayectoria actual de la IA generativa no es adecuada para nosotros.”
Procreate asegura: “Estamos aquí por los humanos. No estamos persiguiendo tecnologías que amenacen moralmente nuestro activo más preciado: la creatividad humana. En esta carrera tecnológica, podríamos parecer una excepción o estar en riesgo de quedarnos atrás, pero vemos este camino menos transitado como uno más emocionante y gratificante para nuestra comunidad.”
Esta postura marca un momento significativo en el debate en curso entre defensores y críticos de la IA generativa. Muchos artistas en X y otras plataformas apoyan la posición de Cuda, expresando preocupaciones de que herramientas de IA generativa—como las de Midjourney, OpenAI y Stability AI—exploten a los artistas utilizando su trabajo sin permiso ni compensación.
Si bien las declaraciones de Procreate resuenan con algunos críticos de la IA generativa, la anterior adopción por parte de la marca de tecnologías disruptivas—como las pantallas táctiles y los lápices digitales—plantea preguntas sobre la consistencia de su postura. También es relevante que el uso de IA generativa aún requiere intervención humana, ya que los usuarios deben elaborar indicaciones y ajustar resultados.
La posición de Procreate parece ser una elección estratégica de marketing, aprovechando la insatisfacción que los artistas expresan hacia otras herramientas creativas como Canva y Adobe Creative Cloud, que han integrado rápidamente características de IA generativa.
Esta controversia resalta las crecientes divisiones en el discurso sobre la IA generativa—algunos la ven como innovación, mientras que otros la califican de éticamente cuestionable, especialmente en lo que respecta a las prácticas de obtención de datos.
Recientemente, una demanda colectiva por infracción de derechos de autor contra Midjourney, Runway y Stability AI ha avanzado a la fase de descubrimiento, con resultados pendientes sobre si la recolección masiva de obras de arte viola las leyes de derechos de autor. Este escrutinio sigue a instancias anteriores en las que gigantes tecnológicos, incluyendo Google, enfrentaron poco rechazo por prácticas similares de datos.
A medida que el panorama de la IA generativa continúa evolucionando, queda claro que muchas personas siguen siendo escépticas, viendo la tecnología como explotadora y moralmente problemática, y son vocales en sus críticas.