Estar sentado por períodos prolongados representa un riesgo significativo de desarrollar demencia, según una investigación pionera realizada por científicos de la Universidad del Sur de California (USC) y la Universidad de Arizona. Utilizando técnicas avanzadas de aprendizaje automático, los investigadores examinaron el vínculo crítico entre el envejecimiento cerebral y un estilo de vida sedentario, lo que llevó a hallazgos reveladores.
El estudio reveló que el tiempo total diario que se pasa sentado es tan crucial como la duración de las sesiones individuales de estar sentado. Alarmantemente, se estima que el estadounidense promedio es sedentario aproximadamente 9.5 horas al día. La investigación, publicada en el prestigioso JAMA (Journal of the American Medical Association), indicó que las personas mayores de 60 años que realizan comportamientos sedentarios por más de 10 horas diarias enfrentan un riesgo notablemente elevado de desarrollar demencia.
Los datos analizados en el estudio provienen de un subestudio del Biobanco del Reino Unido, que involucró a más de 100,000 adultos que usaron acelerómetros—dispositivos que se llevan en la muñeca para rastrear el movimiento—durante una semana completa. El enfoque se centró en 50,000 adultos de 60 años o más que no habían sido diagnosticados con demencia al inicio del estudio.
Utilizando un sofisticado algoritmo de aprendizaje automático, los investigadores categorizaron los comportamientos de los participantes según diferentes niveles de actividad física. Este modelo pudo diferenciar eficazmente entre actividades como dormir y diversas formas de comportamiento sedentario, proporcionando a los científicos datos objetivos valiosos para evaluar el impacto de la inactividad prolongada.
Durante un período de seguimiento de aproximadamente seis años, los investigadores examinaron meticulosamente los registros de defunciones y las historias clínicas para identificar casos de demencia, descubriendo 414 casos confirmados dentro del grupo estudiado. En su análisis, los científicos ajustaron sus métodos estadísticos para tener en cuenta múltiples factores que podrían influir en la salud cerebral, incluyendo la demografía, condiciones médicas crónicas, antecedentes educativos, edad, género y elecciones de estilo de vida como dieta, consumo de alcohol, actividad física y salud mental.
En el futuro, el equipo de investigación alienta a realizar investigaciones adicionales para establecer causalidad y determinar si adoptar un estilo de vida más activo podría mitigar el riesgo de demencia. Gene Alexander, profesor de psicología y psiquiatría en el Instituto de Cerebro Evelyn F. McKnight de la Universidad de Arizona y parte del Centro de Investigación sobre la Enfermedad de Alzheimer de Arizona, expresó su sorpresa ante los hallazgos. “Nuestros resultados indican que el riesgo de demencia comienza a aumentar drásticamente después de pasar más de 10 horas al día siendo sedentario, independientemente de cómo se acumule ese tiempo", explicó. "Esto sugiere que el tiempo total sedentario es un factor significativo que influye en la relación entre la inactividad y el riesgo de demencia. Sin embargo, es importante destacar que niveles más bajos de comportamiento sedentario—de hasta alrededor de 10 horas—no se asociaron con un aumento del riesgo."
Este iluminador estudio subraya la importancia de comprender cómo los períodos prolongados de inactividad pueden afectar la salud cognitiva, especialmente en los adultos mayores.