El CEO de OpenAI, Sam Altman, puede ser una figura conocida entre los capitalistas de riesgo de Silicon Valley, pero los ejecutivos de Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSMC) no están impresionados. Un informe reciente de The New York Times reveló que la dirección de TSMC desestimó a Altman como un "podcaster", ridiculizando abiertamente su ambiciosa propuesta de 7 billones de dólares para establecer 36 nuevas plantas de fabricación de chips y centros de datos de inteligencia artificial. Este desarrollo sigue a la difícil gira de relaciones públicas que Altman realizó por los fabricantes de chips asiáticos el invierno pasado, buscando inversión para las aspiraciones de inteligencia general artificial de OpenAI al reunirse con Samsung, SK Hynix y TSMC. Según el informe, los ejecutivos de TSMC fueron especialmente escépticos respecto a la monumental solicitud de financiamiento de Altman.
Aunque Altman aún no ha confirmado sus planes para la fabricación de chips, su visión parece enfocarse en posicionar a OpenAI para competir con gigantes de la industria como Nvidia y TSMC, diseñando y fabricando sus propios chipsets. Esta estrategia de inversión se desarrollaría durante varios años a medida que se expandan las capacidades de producción. Sin embargo, los líderes de TSMC cuestionaron cómo podrían gestionar de manera efectiva los riesgos financieros asociados a tal emprendimiento.
No es la primera vez que TSMC pone en duda a OpenAI. En la Junta Anual de Accionistas de 2024, el fundador y CEO de TSMC, Dr. C. C. Wei, describió a Altman como "demasiado agresivo, demasiado agresivo para que yo lo crea". A pesar de estos desafíos, OpenAI ha atraído un interés considerable por parte de los inversores. En 2023, la empresa aseguró una inversión de 13 mil millones de dólares de Microsoft y, según se informa, está cerca de cerrar una ronda adicional de financiamiento de 6.5 mil millones de dólares que se espera finalize pronto. Además, se rumorea que OpenAI está transitando de un modelo sin fines de lucro a una estructura con fines de lucro para aumentar su atractivo para los inversores.
Sin embargo, según un informe del Wall Street Journal, OpenAI enfrenta una presión financiera significativa, perdiendo casi el doble de sus ingresos anuales declarados de 4 mil millones de dólares, acumulando pérdidas de alrededor de 7 mil millones de dólares cada año. Además, el equipo ejecutivo de la empresa ha experimentado un considerable recambio, con la CTO Mira Murati, el CRO Bob McGrew y el ejecutivo senior de investigación Barret Zoph, todos ellos renunciando a principios de esta semana, aumentando la inquietud de los inversores.