Un grupo de hackers supuestamente afiliado a Rusia ha reclamado la responsabilidad de una interrupción en el servicio de ChatGPT esta semana. El grupo, conocido como Anonymous Sudan, anunció su participación a través de un mensaje en su canal de Telegram. Afirmaron que sus motivos incluían la supuesta colaboración de OpenAI con Israel, un sesgo percibido contra Palestina y la identidad de la empresa como una firma estadounidense.
OpenAI caracterizó esta interrupción como resultado de un "patrón de tráfico anómalo", indicativo de un ataque de denegación de servicio distribuido (DDoS). En un ataque DDoS, los hackers inundaron un servidor con tráfico abrumador, bloqueando efectivamente el acceso de los usuarios al servicio. Los problemas comenzaron a ser evidentes la mañana del 7 de noviembre, y OpenAI confirmó que las interrupciones continuaron durante aproximadamente 24 horas, añadiendo que estaban trabajando activamente para resolver la situación. Para la noche del 8 de noviembre, el problema fue finalmente solucionado.
Este incidente coincidió con el primer evento DevDay de OpenAI, celebrado un día antes, donde la empresa presentó una variedad de nuevas características, incluyendo GPT-4 Turbo, opciones personalizadas de ChatGPT y actualizaciones de su API. Durante este evento, el CEO Sam Altman comentó que el interés de los usuarios por estas ofertas había superado las expectativas, anticipando que esta mayor demanda podría provocar inestabilidad temporal en el servicio en un futuro cercano.
OpenAI había planeado lanzar sus características mejoradas, incluyendo GPTs para todos los suscriptores, el lunes siguiente. Sin embargo, los retrasos causados por las interrupciones del servicio han pospuesto este lanzamiento, aunque mantienen la esperanza de una rápida resolución.
Esta situación resalta los retos continuos que enfrentan las empresas tecnológicas para mantener la integridad del servicio frente a amenazas externas y la creciente tensión en torno a cuestiones geopolíticas.