La tecnología deepfake ha evolucionado a tal punto que apenas reaccionamos ante nuevas instancias de manipulación de identidad. Sin embargo, es importante recordar lo rápido que ha escalado esta situación.
En 2018, un deepfake con Barack Obama generó una preocupación generalizada, especialmente entre los legisladores estadounidenses, quienes advirtieron que la inteligencia artificial podría amenazar la integridad electoral y alimentar la desinformación.
En 2019, un video manipulado de Nancy Pelosi circuló ampliamente en redes sociales, distorsionando su discurso para que sonara inestable, insinuando intoxicación durante una dirección oficial.
El año siguiente, los videos deepfake intensificaron las tensiones políticas entre China e India. Además, han surgido numerosos videos de celebridades manipulados en línea, desde retratos escandalosos de Taylor Swift hasta narrativas inquietantes sobre Mark Zuckerberg.
Sin embargo, una amenaza aún más sutil y potencialmente más peligrosa está emergiendo: el fraude por voz. Este método insidioso podría resultar significativamente más impactante que su contraparte en video.
El Problema Invisible
A diferencia del video de alta definición, la calidad del audio—especialmente en llamadas telefónicas—suele ser baja. Nos hemos desensibilizado ante imperfecciones auditivas comunes, como señales débiles y ruido de fondo, lo que dificulta la detección de manipulaciones.
Las alteraciones de voz pueden disfrazarse fácilmente como fallos técnicos, creando una fachada de autenticidad. Por ejemplo, imagina recibir una llamada de un ser querido pidiendo ayuda urgentemente. La voz puede sonar un poco extraña, pero podrías atribuirlo a una mala recepción, lo que te lleva a actuar sin verificar su legitimidad. Este escenario resalta cómo el fraude por voz explota nuestra tendencia a ignorar discrepancias menores.
En contraste, el video ofrece pistas visuales que revelan el engaño—detalles como líneas del cabello o expresiones faciales son a menudo inconfundibles. Sin embargo, en las llamadas de voz, estas pistas están ausentes. Esta vulnerabilidad ha llevado a operadores móviles como T-Mobile y Verizon a ofrecer servicios gratuitos que ayudan a bloquear o advertir sobre llamadas sospechosas.
La Urgencia de Validar la Información
Como respuesta, las personas se están volviendo naturalmente más selectivas respecto a la validez de las fuentes de información. Aunque los medios tradicionales enfrentan escepticismo, instituciones verificadas como C-SPAN probablemente recuperen la confianza. Mientras tanto, los canales de redes sociales y medios menos conocidos pueden enfrentar un creciente escepticismo.
A nivel personal, las personas serán cada vez más cautelosas al recibir llamadas de números desconocidos. Excusas tradicionales, como pedir prestado el teléfono de un amigo, pueden tener menos peso, lo que llevará a los usuarios a buscar servicios de comunicación encriptada que confirmen identidades de forma inequívoca.
La tecnología también avanzará para contrarrestar estas amenazas. Procesos de verificación, como la autenticación multifactor (MFA) para llamadas de voz y tecnología blockchain para rastrear el origen de las comunicaciones digitales, probablemente se convertirán en norma. Además, prácticas como contraseñas verbales y verificaciones de devolución de llamada podrían ganar terreno, particularmente en situaciones sensibles.
MFA Más Allá de la Tecnología
Combatir el fraude por voz no es solo un desafío tecnológico; requiere un enfoque multifacético que involucre educación, vigilancia, buenas prácticas comerciales y regulación gubernamental.
Las personas deben ser más cautelosas, reconociendo que las voces de sus seres queridos pueden ser susceptibles a la clonación. Estar alertas y cuestionar llamadas sospechosas es crucial.
Las organizaciones necesitan establecer métodos de verificación confiables, asegurando que los consumidores puedan identificar con confianza a los representantes legítimos. En algunas jurisdicciones, las instituciones financieras podrían enfrentar responsabilidad legal por fraudes en cuentas de clientes, subrayando la importancia de la rendición de cuentas.
Finalmente, los gobiernos deben fomentar la innovación apoyando a las empresas tecnológicas mientras implementan leyes que protejan la seguridad en internet.
Colectivamente, podemos afrontar estos desafíos y crear un paisaje digital más seguro.