El Mes Nacional de Escritura de Novelas (NaNoWriMo), una organización sin fines de lucro con 25 años de historia que anima a aspirantes a escritores a redactar novelas cada noviembre, ha suscitado un intenso debate al anunciar su aceptación de la inteligencia artificial (IA) como herramienta de escritura.
Esta decisión, basada en la creencia de que oponerse a la IA puede ser considerado clasista y excluyente, ha generado reacciones mixtas: apoyo de algunos y críticas contundentes de otros, incluidos autores superventas y exmiembros de la junta directiva.
En su sitio web, NaNoWriMo aclaró que no condena ni respalda exclusivamente la IA. En cambio, la organización fomenta la libertad de los escritores para elegir sus métodos, sean tradicionales o asistidos por IA. “NaNoWriMo no apoya ni condena explícitamente ningún enfoque de escritura específico”, afirma el comunicado, señalando que condenar la IA ignora cuestiones de privilegio y acceso relacionadas con la tecnología.
La declaración también enfatiza las complejidades de la IA, destacando sus diversas aplicaciones. Algunos escritores pueden recurrir a la IA por razones prácticas, como limitaciones financieras o dificultades cognitivas que dificultan los métodos de escritura convencionales. "No todos los escritores pueden permitirse asistencia humana en varias etapas del proceso de escritura", destacó NaNoWriMo, subrayando que la dependencia de la IA puede ser una elección práctica, no ideológica.
Además, las minorías subrepresentadas a menudo enfrentan dificultades para asegurar contratos de publicación tradicionales, lo que aumenta su dependencia de opciones de autoedición. Las herramientas de IA pueden brindar apoyo vital a estos escritores, permitiéndoles alcanzar sus aspiraciones literarias.
Sin embargo, la postura pro-IA de NaNoWriMo ha generado reacciones negativas de figuras prominentes de la comunidad literaria. El autor de fantasía urbana Daniel José Older, exmiembro de la Junta de Escritores de NaNoWriMo, renunció públicamente y pidió a otros que hicieran lo mismo, declarando: "Nunca uses mi nombre en tu promoción nuevamente".
La autora de literatura juvenil Maureen Johnson también se retiró de la junta de NaNoWriMo, expresando su preocupación por el posible uso de la obra de escritores para entrenar sistemas de IA. Otros autores, como Adam Christopher y Bryan Young, criticaron a NaNoWriMo por promover lo que consideran un sentimiento antiarte y la creación de contenido generado por IA sin sentido.
La crítica se intensificó al conocerse que los patrocinadores de NaNoWriMo incluyen empresas que ofrecen software de IA, como ProWritingAid, que proporciona herramientas de IA para revisión gramatical y mejora de textos. Este patrocinio suscitó sospechas sobre motivaciones financieras detrás del respaldo de NaNoWriMo a la IA.
NaNoWriMo colabora con software de escritura como Scrivener, que integra herramientas de IA para ayudar a los usuarios, mientras que otras plataformas, como Dabble y Storyist, apoyan servicios de IA para mejorar la escritura. En contraste, el patrocinador Freewrite se centra en dispositivos de escritura sin distracciones, promoviendo procesos de escritura tradicionales sin IA.
En respuesta a las críticas, NaNoWriMo reconoció prácticas poco éticas en el ámbito de la IA, pero insistió en que su postura busca apoyar a todos los escritores. La organización reafirmó su compromiso de proporcionar recursos e información sobre la IA a su comunidad, destacando un gran interés en eventos relacionados.
A medida que el papel de la IA en los procesos creativos crece, la posición de NaNoWriMo podría señalar cómo otras organizaciones en los sectores editorial y creativo abordan los desafíos éticos asociados con la IA. Esta situación refleja un debate más amplio dentro de la comunidad de escritores: ¿es la IA una herramienta similar a un procesador de texto o motor de búsqueda, o es una tecnología moralmente controvertida derivada de obras protegidas por derechos de autor? Actualmente, muchos autores líderes parecen inclinarse hacia la última perspectiva.